Alejandro Magno y sus citas célebres

La historia está llena de personajes célebres y que aún hoy en día, siguendo siendo para todos nosotros un ejemplo por sus hazañas y sus estudiantes. Uno de los más recordados es Alejandro Magno, conquistador conocido en todo el mundo y que continúa siendo bastante admirado por millones de personas. Y es que él fue un hombre con una vida fascinante que hoy en Descubre Nombres, te vamos a desvelar por medio de una pequeña e interesante biografía que no te vas a querer perder. Además de esto, también te mostraremos cuales son las frases más célebres que se le conocen.

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Biografía de Alejandro Magno

Primeros años

Alejandro Magno nació el 20 de septiembre de 356 a. C. en Pela, la antigua capital del reino de Macedonia, con el nombre de Alejandro III de Macedonia. Fue hijo del rey Filipo II y de su esposa Olimpia, princesa de Epiro. Desde temprana edad, su educación le fue confiada al filósofo Aristóteles.

Uno de los detalles más conocidos de su niñez, fue que leía con ávidez todos los poemas de Homero, especialmente La Ilíada, obra que ponía debajo de su cama todas las noches.

Durante el verano del año 336 a.C. su padre es asesinado, por lo que el asume el trono de Macedonia convirtiéndose en el nuevo rey. Esto ocurrió cuando él tenía la edad de 20 años.

Vida como conquistador

Tras asumir el mando del reino, Alejandro inició una campaña en contra de los rebeldes tracios que se encontraban en las cercanías del río Danubio. Sería tan solo el primer movimiento de su larga carrera como conquistador.

La ciudad de Tebas, en Grecia, fue una de las primeras en caer bajo su poder. Allí, arrazó con las casas y solamente hizo respetar los templos y el hogar del poeta Píndaro. También logró esclavizar a unos 30 mil habitantes.

En 334 a.C. atravesó el río Helesponto con un ejército conformado por más de 300,000 hombres para empezar una guerra contra Persia. Al llegar cerca de la antigua ciudad de Troya (región hoy conocida como Turquía), arremetió en contra de un ejército de 40,000 griegos y persas, un enfrentamiento en el que tan solo perdió a 110 hombres.

Otros territorios conquistados por él incluyeron el puerto marítimo de Tiro, la ciudad de Cirene y Babilonia, además de la ciudad de Persépolis, la cual incendió luego de saquear sus tesoros.

Muerte

Durante la primavera de 323 a.C., Alejandro llegó a Babilonia debilitado por la enfermedad, probablemente fiebre tifoidea o afectado por un colapso hepático. Murió el 18 de mayo de ese mismo año y se sucedieron dos años de disputas para decidir que harían con sus restos, Finalmente, se decidió que estos serían trasladados a la ciudad de Ege en Macedonia. En todo ese tiempo, su cuerpo se había conservado para las pompas fúnebres al ser sumergido en miel.

Antes de que pudiera ser trasladado a Macedonia, el gobernador de Egipto y amigo del conquistador, Tolomeo, atacó la comitiva que trasladaría el cuerpo y se apoderó de él, esto con el fin de hacer cumplir su deseo de ser enterrado en Alejandría o en Siwa, una ciudad egipcia. Después de eso, hizo que lo llevaran primero a Menfis para ser eneterrado según las costumbras de Macedonia y más adelante, lo envió definitivamente a Alejandría.

Citas célebres de Alejandro Magno

  1. Lucharemos para Grecia y nuestros corazones permanecerán en ella.
  2. Si espero perderé la audacia de la juventud.
  3. En el universo hay mundos innumerables y yo aún, no he conquistado uno solo.
  4. No tengo una sola parte de mi cuerpo, por lo menos enfrente, que no tenga cicatrices; no hay arma, que se use de cerca, o que se lance desde lejos, de la cual no lleve la marca.
  5. ¿Será posible, amigos, que mi padre se anticipe a tomarlo todo y no nos deje a nosotros nada brillante y glorioso en que podamos acreditarnos?
  6. ¡Qué excelente caballo pierden por falta de destreza y denuedo para manejarlo!
  7. Ninguna fortaleza es tan inexpugnable que no puede entrar en ella un mulo cargado de oro.
  8. Sus antepasados vinieron a Macedonia y al resto de Grecia y nos hicieron gran daño, aunque no le habíamos agredido. Me han designado líder de los griegos, y el deseo de castigar a los persas lo he tomado de usted.
  9. Los griegos no deben ser esclavos de los bárbaros.
  10. Todos juran que soy hijo de Júpiter, pero esta herida está proclamando que soy hombre.
  11. El final y la perfección de nuestras victorias es evitar los vicios y enfermedades de los que sometemos.
  12. Si yo no fuese Alejandro, quisiera ser Diógenes.
  13. Le preguntaron – Alejandro, ¿Dónde tenéis vuestros tesoros-, y él respondió – En el bolsillo de mis amigos -.
  14. No has hecho bien en publicar tus libros de doctrina oral; pues, ¿en qué aventajamos a otros ahora, si las cosas en las que hemos sido particularmente instruidos se revelan a todos?
  15. No robaré mi victoria.
  16. Yo he venido a Asia, no con el propósito de recibir lo que vosotros me deis, sino con el de que tengáis lo que yo deje.
  17. Usted teme el castigo y pide por su vida. Lo dejaré libre y usted verá la diferencia entre un rey griego y un tirano bárbaro. No espere sufrir ningún daño de mí. Un rey no mata a los mensajeros.
  18. Muero debido a la ayuda de demasiados médicos.
  19. Recuerda que de la conducta de cada uno depende el destino de todos.
  20. Para mí he dejado lo mejor «La esperanza».